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viernes, 15 de junio de 2007
FERNANDO MENIS: OFICIO VITAL
Fredy Massad y Alicia Guerrero Yeste
Publicado en ION+ (Quito, Ecuador) -Número 4
En la crónica de su exploración de algunas de las islas del archipiélago canario en 1907, el geólogo Eduardo Hernández-Pacheco refiere la existencia de unas grutas y chozas creadas por la acción natural. De estas estructuras perfectamente circulares, cubiertas con una techumbre plana – y que apreciaba como “singulares” -, el científico aventuraba la hipótesis que habrían sido “formadas por la solidificación de lava muy fluida alrededor de una burbuja gaseosa”. Ejemplos del conocimiento arquitectónico que posee y de vez en cuando exhibe la Naturaleza y expresiones de la intensa y única energía plástica y telúrica del suelo de las Canarias, es posible sentir la reminiscencia de la misma energía que exudan esas construcciones de lava en la obra de Fernando Martín Menis de un modo que evoca la idea sugerida por el escritor francés René Daumal en su novela inacabada, El Monte Análogo .
En ella, relatando la experiencia de unos exploradores a la búsqueda de un punto geográfico donde se funde la unión de lo visible y lo invisible, Daumal plantea cómo el pensamiento humano ve intensificada su potencia mediante la relación y percepción con el entorno natural, describiendo a través de la narración una forma de predisposición psíquica ante un paisaje.
Daumal otorga una clave que refina la noción de mimesis al afirmar que los productos del hombre y la propia construcción de su conocimiento son un reflejo de su relación psicológica y sensorial con la naturaleza. Una clave que ofrece una interpretación para la aproximación al hacer de este arquitecto que sostiene que el ‘claro y poderoso paisaje que me rodea en la isla es responsable de la arquitectura que concibo y produzco’.
Obras de intensa expresión pétrea como la Sede de la Presidencia del Gobierno de Canarias, el estadio de Atletismo y el edificio Magma Artes&Congresos, realizados por Menis (junto a José María Pastrana y Felipe Artengo), o la Iglesia del Santísimo Redentor –todas ellas en la isla de Santa Cruz de Tenerife- son expresión de esta impregnación psíquica de la imagen y latencia de la vida de lo natural en el intelecto que se traduce, a través de un manejo racional y de la búsqueda de aquello que suscita las emociones, en una arquitectura cuya sofisticación radica en la esencialidad. Esencialidad comprendida como el encuentro o reencuentro con algo que se halla en el origen – a la manera en que esas ancestrales construcciones de lava son una imagen de atemporal pureza arquitectónica-; como el acto de crear arquitectura de carácter y coherencia a través del descubrimiento del potencial de los recursos inmediatos, de las condiciones y circunstancias del lugar.
Partiendo de una profunda atención a la realidad y una concepción de la arquitectura alejada de poses de intelectualismo, el objetivo de la arquitectura de Fernando Menis es enriquecer el lugar y la vida de sus habitantes, rehuyendo empeños que artificilizarían la relación entre el edificio y los individuos y su entorno. “Intento hacer una arquitectura que pertenezca a su lugar, tratando de trabar relación con lo cercano. Trabajar con lo que está ahí. Resolver los proyectos con los elementos que tengo ante mí. Quiero proponer una arquitectura que sea necesitada por su entorno” explica este arquitecto en cuya obra el compromiso por la impecabilidad constructiva con que resolver eficientemente un programa se fusiona con la búsqueda de procurar una experiencia a los sentidos a través del contacto con la materialidad y cualidades del edificio.
Nacido en Santa Cruz de Tenerife en 1951, Menis se formó en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. Entre 1979 y 1980 trabajó en el estudio de Ricardo Bofill en Barcelona. En 1981, fundó AMP Arquitectos junto a Felipe Artengo Rufino y José María Rodríguez Pastrana Malagón. En 2004, crea su propio despacho, Menis Arquitectos, cuya obra reciente ha sido objeto de exposición en la Galerie Aedes (Berlín) y en Met.Room (Barcelona).
En su hacer persiguiendo el equilibrio entre razón y emoción subyace una comprensión de la arquitectura como oficio, en el profundo significado que ese término adquiere en una época en que el trabajo del arquitecto se justifica y legitima a veces imbuyéndose en auras de celebridad y genialidad. La actitud de Menis recuerda la necesidad del compromiso con el aprendizaje inagotable de las reglas de lo que Daumal llama el ‘oficio interno’, el que funda todo acto de trabajo en un conocimiento aquilatado del hombre y –en este caso- de la esencia de la arquitectura.
Tras una asociación prolongada junto Felipe Artengo y José María Pastrana fundas Menis Arquitectos. ¿Responde esta decisión tuya de establecer tu propio despacho a alguna inquietud personal o profesional? ¿A la búsqueda de indagaciones propias?
Puede decirse que es una decisión producida por situaciones de la vida. Las circunstancias personales de mis antiguos socios eran muy distintas a la mía. En mi caso personal, la necesidad de cambio surgió a raíz de una serie de clases que me invitaron a ofrecer en la Cátedra Blanca de la Universidad de Valencia, una experiencia que me resultó muy gratificante y que marcó para mí el inicio de un compromiso con el trabajo docente.
Actualmente, compagino la dedicación al estudio con una actividad permanente de dedicación a talleres de trabajo y a dar clases.
Me interesó muchísimo poder tener un contacto con la universidad y el trabajo con estudiantes y se convirtió en una labor prioritaria para mí, a la que me dedico con mucha energía.
Me gusta la posibilidad de intercambio que surge con los alumnos: yo puedo brindarles a ellos mi experiencia y ellos me devuelven a cambio su frescura, su generosidad, su energía…
Los miembros de tu actual equipo son arquitectos muy jóvenes.
Ellos me dicen alguna vez que perciben su trabajo en el estudio como algo conectado a la universidad, no notan una excesiva diferencia. Y aprecian esto. Aquéllos que han trabajado previamente en otros despachos, cuando se incorporan a éste, reconocen que les recuerda a sus épocas universitarias aunque, simultáneamente, están realizando un trabajo imbuido de responsabilidad y rigor: se trabaja en la elaboración de algo que va a estar construido, presente. Creo que, de alguna forma, este compromiso les pone los pies en la tierra aunque no impidiéndoles continuar soñando
Hace unos años, el crítico Luís Fernández-Galiano escribía sobre nosotros señalando específicamente ese carácter en nuestro trabajo: ser objetivos, tener en cuenta todos los elementos físicos, cliente, presupuesto, aspectos de acústica…Todos esos aspectos que hacen de tu edificio una buena obra de ingeniería, funcionalmente correcta, en combinación con una capacidad del edificio para lograr emocionar.
Las obras de Menis en Tenerife arquitecturizan el paisaje no como un ejercicio de contextualismo, sino haciendo de su tarea el rescatar y redefinir hechos topológicos y materiales ligados con la esencia de éste que se encuentra en su propia psique para que devengan realidades construidas, edificios que evocan el paisaje desde una comprensión sensible.
Dices que trabajar en una isla te ha brindado la oportunidad de pensar sobre las posibilidades de definir elementos, planificar cosas que sean diferentes, dedicarte incluso a proyectos que han requerido mucho tiempo debido al trabajo manual que han implicado.
Habiéndome formado en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, a la que debo el haber adquirido un sentido del rigor muy profundo, debo decir que residir en Canarias ha supuesto para mí una gran oportunidad, ya que es allí donde he desarrollado gran parte de mi vida profesional y he construido obras en las que he disfrutado muchísimo trabajando, y que me han proporcionado un pequeño reconocimiento que me ha permitido trabajar en lugares como Viena o Berlín. Tal vez esa cierta lejanía me ha permitido estar menos influenciado.
Hablas de tu interés en redescubrir materiales usados antaño que han caído en el olvido, yuxtaponiéndolos con nuevos materiales; indagar sobre métodos en los que todos los elementos se impliquen para hacer variar la forma, creando un dinamismo entre elemento y forma. El Edificio Magma se distingue por la intensidad de su presencia física, que se logra a través del tratamiento de los materiales, que permiten simultáneamente al edificio –además de enfatizar su individualidad y presencia- armonizar con el paisaje circundante. La fuerza de este edificio, que aparece en proyectos posteriores, como la recientemente concluida Iglesia del Santísimo Redentor, podría invitar a suponer que la cuestión de la materialidad y este tipo de tratamiento expresionista, constituirían un rasgo específico de tu arquitectura.
Pero de hecho, atendiendo a otros proyectos –la piscina sobre el río Spree (Berlín), la rehabilitación del Tanque Cepsa para transformarlo en espacio cultural que da pie a la construcción de la casa MM…- vemos que el rasgo definitorio de tu arquitectura no es necesariamente la materialidad, sino la atención a lo cercano a la búsqueda de las soluciones adecuadas para el proyecto y el programa a cumplir.
Mi planteamiento de la arquitectura se debe sobre todo a mi Isla: estética de paisaje rotundo y situación alejada pero cosmopolita. Es arquitectura que se enmarca dentro de un ámbito global pero que trata de retomar esa esencia.
Al decidir sobre los materiales con los que construir me interesa no sólo elegir sobre catálogo sino sobre el entorno: ir a la fábrica y ver el producto y los métodos usados para su desarrollo, las herramientas empleadas, de forma que sea posible intervenir en la producción. No es el producto prefabricado lo que interesa sino el cómo llegar a él. Teniendo acceso a estas herramientas se puede replantear el uso de los materiales.
Hace varios años hicimos un edificio en Portugal, en una parcela que antiguamente había sido una cantera de mármol. El edificio se levanta sobre una base de mármol porque éste era el elemento que ya estaba allí presente. Y la chapa, otro elemento que empleamos en su construcción, procedía de una fábrica no muy distante del lugar donde se encontraba el edificio. Igualmente, en la piscina sobre el río Spree (Berlín), antes que el tratamiento de la material, lo fundamental en el proyecto es lo cercano a esa construcción.
Pero en efecto, no creo que la intensidad material sea un exclusivo interés permanente para mí. Se puede decir que aquello que me interesa constantemente es trabajar con lo que se halla más cercano. De esa forma realizas una arquitectura local –en un sentido que no debe confundirse con regional-, arquitectura elaborada con los materiales del sitio. Cuando operas de este modo, logras que tu edificio resulte armónico, que tu actuación arquitectónica se halle siempre fundamentada en el lugar.
En este momento estamos trabajando en el proyecto de unas viviendas de protección oficial. Los recursos económicos de los que se dispone para producir las viviendas son muy reducidos. Así, tratamos que el edificio se expanda para poder aprovechar, o poder apoderarnos al máximo posible de los metros cuadrados disponibles. Están ubicados en una zona muy ventosa, así que he tomado el viento es una referencia para desarrollar el proyecto. El edificio se deforma, como golpeado por el viento, queda deformado en un instante de ese acto de ser golpeado. Normalmente, los arquitectos conocemos bien los requisitos paradigmáticos para este tipo de construcciones: uso de materiales de bajo costo y fácil mantenimiento. Pero aquí además tratamos de lograr personalizar al edificio mediante la idea de retomar la presencia del viento alisio, característico del lugar donde se sitúa –un lugar donde antaño hubo molinos de viento-, y usarlo como sugerencia, como fundamento para producir unas deformaciones muy sutiles en la fachada, para lograr que cada punto del edificio tenga un tratamiento específico. Esto permite a cada residente no sentir que está habitando una especie de colmena sino reconocer cuál es su hogar dentro del conjunto del bloque de viviendas gracias a algún rasgo concreto. Creo que es éste es un aspecto que proporciona bienestar al habitante.
Apelas a la vivencia directa hallando la pureza sofisticada en lo sencillo, en el contacto con lo natural, lo esencial del lugar. ¿Sería este aferramiento a lo natural, a lo específico, algo que permite una apertura de nuevos avances en el lenguaje arquitectónico? Ante el edificio Magma Arte&Congresos particularmente, resulta interesante constatar cómo a través del puro aferramiento al tratamiento de la materia, a las analogías con lo natural, logras un edificio perfectamente concretado en su dimensión física y con un carácter formal ciertamente audaz y libre, tal vez mucho más que lo planteado por muchas de esas ideas arquitectónicas fundadas en lo tecnológico o en lo conceptual.
Estoy de acuerdo. Retomando el proyecto de la piscina en el río Spree: el concurso consistía en lograr que la ciudad se reencontrase con su río. Hubo propuestas para construir un puente, alguien propuso un rayo láser…Yo tengo una piscina en el terrado de mi casa, procedo de un lugar marcado por la presencia del mar; la idea del ocio al lado la piscina o en la playa es algo que está muy imbricado en mi cultura personal. Paseando por la orilla del Spree, observé que se disponía de una orilla y del agua de un río en donde nadie podía bañarse. La propia solución al proyecto a proponer estaba allí, se descubría de forma evidente: ubicar algún servicio que permitiera a la gente disfrutar de la zona de agua, de la orilla…La famosa ‘playa de París’ consiste únicamente en unas hamacas y un poco de arena ante el Sena; y, personalmente, un planteamiento de ese tipo, la idea de una playa sin agua, me parece absolutamente incomprensible. La realidad del entorno del río Spree estaba diciendo que el proyecto a desarrollar debía basarse en poder proporcionar a los ciudadanos un ‘programa completo de playa’: proveerlos de una zona donde poder tomar el sol y donde poder bañarse. Viendo las barcazas que transportan carbón sobre el río, se me ocurrió que si se reemplaza el carbón por agua dentro del contenedor de esas barcazas, sería posible producir un sitio donde poder nadar. Desarrollamos todo un proceso de investigación de ingeniería para adaptar esos tanques contenedores y la conclusión resultante fue generar una piscina flotante. La piscina creada se transformó en un balcón sobre el agua del río, aunque no establece contacto con ella puesto que es agua contaminada.
La Casa MM es un edificio que yo mismo he ido construyendo, junto a un albañil y dos peones, durante unos dos años, reutilizando materiales descartados procedentes de la rehabilitación de un Tanque en Tenerife. Es un proyecto que no tiene el carácter pétreo del Magma, sino que retoma la esquina, busca las mejores vistas –de ahí la posición diagonal de los apartamentos- …aglutina un concepto que yo denominaría ‘ingenieril’ muy potente, un concepto arquitectónico basado en la protección de la zona, cuyo resultado final es la pieza: el edificio, un edificio que está dotado de una fuerza invisible –como yo lo quiero denominar- serena, tranquila.
Como se hace patente en la piscina sobre el río Spree de Berlín y la Casa MM, la inventiva de Fernando Menis está guiada por una fuerte dosis de sentido común no exenta de una marcada intención de experimentar, de la que resulta la formulación de soluciones innovadoras precisamente por cómo modela su imaginación para reelaborar armónicamente lo presente y por el carácter realista de las posibilidades que abre mediante su intervención. Esa capacidad sumada a su atención sensible a las materias físicas le hace saber dotar a su obra de lo que denomina ‘rasgos indecibles’, haciendo que la construcción sirva a la función siendo a la vez estructurante de modos de descubrir la percepción de sonido, luz, imágenes … para gozar el acto de sentir.
¿Cómo se desarrolla el proceso de concepción de tus proyectos?
Al pensar en una obra nueva lo primero es la plasticidad. No se proyecta como una suma de objetos, sino como una obra global que se configura desde la forma (se con-forma). Pienso en los proyectos desde el volumen; extraigo y moldeo. Arquitectura pensada como organismo y no como mecano. En nuestro estudio el volumen se genera a través de las sensaciones, del programa y del lugar. No se entiende como resultado el programa propuesto sino más bien el que proponemos. Nos re-planteamos qué es lo que sucede, qué es lo esperable y pensamos en un programa que no envejezca. Proponemos la arquitectura necesaria para el entorno. Al construir con los elementos del entorno que se encuentran a nuestro alcance se produce una arquitectura que no es ajena al lugar, que pertenece a él, que establece un vínculo.
En mi arquitectura, la forma siempre va viniendo, nunca viene fijada desde el comienzo.
Mi trabajo de conceptualización es básicamente manual, aunque en el proceso de diseño de mis edificios intervienen los ordenadores. Mi material favorito para trabajar junto a un lápiz y un papel es la plastilina. Voy modelando y, continuamente, voy dibujando aquello que voy trabajando en plastilina, traduciéndolo en plantas y secciones. Ésa es mi forma de trabajar. Ahí se conjugan la planta y la sección. A veces es la propia forma de trabajar la que te conduce a encontrar cierto tipo de soluciones.
El elemento principal y fundamental es siempre el programa. A continuación vendrán las formas. Va dibujándose la planta en función del programa. Voy manipulando la plastilina, que va haciendo que la planta vaya adquiriendo tridimensionalidad. La plastilina, como material, permite que esa forma que va generándose sea más libre.
¿Interviene o condiciona de alguna manera sobre dicho proceso esa observación que tú puedes hacer de esos elementos cercanos, del lugar, que mencionabas antes?
Me interesa que se pueda no sólo elegir sobre catálogo sino sobre el entorno. Ir a la fábrica y ver el producto y los métodos empleados para su desarrollo, las herramientas empleadas, de forma que se puede intervenir en la producción. De esta forma no es el producto prefabricado lo que interesa si no el cómo llegar a él. Teniendo acceso a estas herramientas se puede pues replantear el uso de los materiales.
Ahora estoy trabajando en la rehabilitación de la pequeña casa de un pintor en un pueblo donde sólo viven cuatro habitantes. Se trata de instigar también una reactivación de la vida en el pueblo, de su economía…logrando asimismo que ese pueblo no se venda a un único propietario –un problema que está afectando a algunos lugares. En este caso se trata de lograr que el pueblo siga en manos colectivas y, gradualmente, vaya generando sus propios recursos para mantenerse. La intención es que el pueblo puede establecerse como un resort de multipropiedad, cuyos propietarios son los propios residentes del lugar.
En concreto, se trata de plantear un proyecto de regeneración turística. Lograr brindar a los turistas potenciales habitaciones con un mismo standard de calidad.
Analizando esta pequeña casa a rehabilitar, se llega a la conclusión de que el programa debe basarse en tres habitaciones que generen un beneficio que permita al ayuntamiento mantener esta casa del pintor como patrimonio del lugar.
Formalizado el programa, y dado que se trata de la casa de un pintor, entonces surge la idea de hacer que cada habitación sea concebida como una especie de caja negra de reflexión. Éste es el elemento que otorga un factor de distinción, de atractivo, a estas habitaciones, de manera que constituyan una oferta diferenciada dentro del pueblo. Se trata de habitaciones negras, donde los únicos elementos blancos son la cama, el suelo de la ducha y un rectángulo en la pared.
Trabajando en colaboración con un astrofísico, estamos haciendo que, mediante prismas, el paisaje se refleje en estos elementos blancos. Por la noche, las estrellas se reflejarán en la cama; en la pared, podrás ver la isla de enfrente; y en el suelo de la ducha podrás ver reflejado el mar. Pero todos estos aspectos vienen después.
Para armonizar con la tranquilidad del pueblo, las habitaciones se ubican bajo tierra.
Sólo tras el establecimiento del programa, comienzo a buscar la forma.
En este proyecto concreto que comento se puede decir que no hay ninguna fuerza visible, sino que la intensidad del proyecto se concentra en esta proyección del paisaje, en el haber creado esas habitaciones oscuras…Pero se trata de aspectos que incluso pasarán desapercibidos a primera vista. Será necesario que tus ojos se acostumbren al lugar…
Afrontas también el reto de lograr que el propio ocupante quiera sumergirse en la vivencia de esas sensaciones cuando se adentre en ese espacio…
Cierto. Evocar esas sensaciones un poco infantiles: el recuerdo de cuando estabas en tu habitación y veías en el suelo el reflejo del coche que en aquel momento transitaba por la calle.
Magma, un edificio al que te has referido en alguna ocasión como ‘barroco racional’, es posiblemente el edificio donde con mayor claridad se sinteticen los rasgos que definen tu arquitectura: se trata de un edificio cuyas características formales y estéticas son resultado de la necesidad de adecuarse a los requerimientos del programa: en este caso actuar como auditorio para conciertos, lo que implicaba lograr una acústica óptima. La construcción surge de una maximización de la experimentación técnica, a nivel ingenieril y arquitectónico que permita satisfacer esa demanda, y esto es logrado mediante un proceso de construcción complejísimo en el que se hibridaron técnicas artesanales con cálculos digitales.
La estructura aparece como integridad, a la manera de un organismo. A partir de la analogía plástica de olas marinas y rocas haces germinar una estructura de expresividad sinuosa y grávida que podría ser imaginada como una especie de prodigio orgánico natural, abrumadora en la cercanía y diluyéndose en las formas, materias y colores de su entorno en la distancia.
En el Palacio de Congresos la mayoría de las exigencias acústicas se resuelven a través de la propia geometría del hormigón que se ha formado para responder a estas especificaciones técnicas, de esta manera es el mismo hormigón el que a través de su configuración y su conformación da lugar no sólo al conjunto sino también al detalle. Ocurre lo mismo con la cubierta que, al igual que el hormigón, contiene una gran carga de plasticidad, pero a su vez se conforma también para resolver exigencias lumínicas y acústicas a través de su propia geometría. En un edificio donde la funcionalidad, la idea y la forma se resuelven a través del tallado del terreno, el hormigón que lo con-forma resuelve a su vez las cualidades acústicas a través de su tallado
¿Permaneces atento a la vida de tus edificios? ¿Cómo los materiales envejecen, reaccionan a las condiciones del lugar?
Creo que es importante emplear materiales que, en el día de inauguración del edificio, tengan una apariencia fea. Es fundamental que vayan ganando con el tiempo. Me gusta usar piedra porque progresivamente va viéndose mejor.
¿En qué temas se centra tu trabajo docente?
Dada la importancia que tiene la industria del turismo en Canarias, me interesa analizar cómo en otras zonas del mundo –por ejemplo, Singapur-, se han desarrollado estrategias turísticas que tienen una incidencia fuerte y positiva sobre la economía de los lugares.
La maquinaria turística que tiene actualmente Canarias es bastante antigua: es uno de los primeros enclaves turísticos, ya desde el siglo XIX, aunque el boom se produce de hecho en la década de los sesenta. En algunos núcleos, esa maquinaria está ya muy obsoleta. Varios de mis trabajos de estudio se han centrado en analizar cómo sería posible regenerarlos y quién debería regenerarlos. ¿Debería ser el arquitecto, se trata de un problema de propiedad o de inversión pública…?
En Graz (Austria) propuse a los estudiantes cómo regenerar un hotel, repensar el concepto de hotel. En Canarias convive el exotismo con la vida urbana…El análisis que se planteó tenía como objetivo estudiar cómo reactualizar esos hoteles que fueron concebidos como grandes resorts –que hoy sin embargo son pequeños y comienzan a resultar elementos urbanos…Se trataba de averiguar qué tipo de servicio hotelero podía ponerse en el mercado resultando verdaderamente novedoso.
Éste es un tema en el que, a nivel académico, he dedicado varios cursos.
Otro taller, abordando la situación de Benicàssim (Alicante, España), me proporcionó también la posibilidad de repensar sobre toda esta localidad, entender el sentido ubicar específicamente una infraestructura en un lugar concreto.
Se trata de realizar estudios de un urbanismo de pequeña escala. Me interesa trabajar para lograr que la arquitectura tenga una implantación que la ponga en relación con el urbanismo.
Si se intentase concentrar y resumir la obra de Fernando Martín Menis en dos de sus edificios - a los que ha dedicado mucho tiempo y vocación- éstos serían auditorio Magma y la Casa MM. Dos proyectos de escalas totalmente opuestas.
En la Casa MM, trabajando con sus propias manos artesanalmente cada detalle, cada punto de visión, cada espacio, cada textura, el juego de la luz…ha logrado hacer de ella un hecho único y personal. Magma Arte&Congresos es su obra a mayor escala, la posibilidad de llevar adelante constructivamente una obsesión de fidelidad a la arquitectura, haciendo funcionar los engranajes de una estructura compleja, no sólo en su construcción, para consolidar una obra viva, expresionista y emocionante. Transformando ambas en síntesis de un triunfo del hacer arquitectónico por encima de todo.
“Realmente lo que me interesa es la práctica de la profesión, el oficio. Nunca he tenido la pretensión de ser un gran arquitecto. Tal vez la arquitectura que surja en esta nueva andadura tal vez no sea una arquitectura que esté consensuada a la manera en que era anteriormente, pero ciertamente va a contar con todo el bagaje de mi experiencia”, concluye. Ahora aguarda la culminación de la Iglesia del Santísimo Redentor y el Parque Cuchillitos de Tristán (ambos en la isla de Tenerife) y el inicio de la construcción del Auditorio de Los Llanos (La Palma).
Nuevos proyectos que prolongan el objetivo vital fundamental de Menis: trabajar, continuar dedicado a su oficio interno.
Unknown
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