Páginas

sábado, 27 de enero de 2007

REALIDAD DOMÉSTICA


Por Fredy Massad y Alicia Guerrero Yeste
Publicado en ABCD las Artes y las Letras - Número 849


Los pensamientos de Miguel Fisac y el de Alice y Peter Smithson coincideron en que la esencia arquitectónica de la casa sucumbiría a las maniobras de los «manipuladores de signos». Los Smithsons constataban ese peligro en los sesenta; Fisac, en los ochenta, lo corroboraba, señalando cómo se pervertía el espíritu de la arquitectura tradicional en aras de una «modernidad» -antes comprendida como ligada a los flujos de la moda- que hacía a los individuos vestir la casa «de máscara, pero creyendo que es como debe vestirse hoy: como le induce a vestirse la propaganda comercial». Y, aunque como objeto de reflexión, el arte de habitar y la casa predominan en nuestra cultura como pasto de las revistas de lifestyle, las «variaciones sobre la casa» que permiten examinar los modos en que se experimenta con ella parecen perder toda razón de ser al mostrar esas viviendas insertadas dentro de contextos mediáticos, donde la idea del planteamiento de lo doméstico es presentada más como una expresión de elitismo que como una expresión de la sensibilidad y como puente entre nuestra vida pública y nuestros mundos privados.

Mis circunstancias. La casa como cauce armonizador para sus moradores entre lo exterior y lo interior, reflejo de sus circunstancias e idiosincrasias, es la premisa que define los proyectos para viviendas unifamiliares diseñadas por Javier Bernalte y José Luis León, Magüi González y Jesús Donaire. Construidas en enclaves fuertemente marcados por la presencia del paisaje natural y por el contexto arquitectónico inmediato; localizadas en pequeñas poblaciones de Ciudad Real y Cáceres, y en la periferia urbana de Las Palmas de Gran Canaria, son proyectos de pequeño presupuesto fundamentados en un hacer arquitectónico pragmático y riguroso del que resultan entidades que -formal y espacialmente- se alejan de la exaltación caprichosa, y no intentan devenir escenarios artificiosos que transformen en vanidades los ritos cotidianos.

«Hemos olvidado los valores profundos de unas edificaciones cuya mayor virtud reside en la juiciosa implantación en el medio, la naturalidad de sus procedimientos constructivos y la adaptación fiel de unos espacios a los modos de vida de su tiempo, sin atender a mayores pretensiones». Estos son los sabios argumentos sobre la casa que Miguel Fisac propugnara en su escrito Arquitectura popular manchega y que Javier Bernalte y José Luis León han tenido de telón de fondo a la hora de diseñar una vivienda en el pueblo de Piedrabuena. Bernalte y León han equilibrado un programa adecuado para las rutinas propias de un matrimonio con tres hijas con su interés por integrar en el lenguaje moderno la materialidad tradicional de la construcción manchega, definida por el uso de revocos blancos y la piedra negra de mampostería, así como por la presencia de una tapia circundando el patio arbolado que rodea la casa.

El interior está contenido en dos volúmenes blancos e independientes -orientados hacia un almendro, que protagoniza el espacio del jardín-, los cuales se superponen a la tapia de piedra sin tocarla, con objeto de destacar y hacer apreciar la belleza arquitectónica de este elemento antaño habitual. Se trata de redescubrir lo tradicional, entendido como expresión de la esencia de una identidad en la que subyace el conocimiento acerca de valores inmutables y atemporales de los que surge arquitectura eficiente y sensible.

Ajena al entorno. La vivienda diseñada por Jesús Donaire en Madroñera elige levantarse ajena al carácter del entorno construido inmediato, procurando crear un paisaje interior e íntimo. Dos volúmenes de diferentes alturas unidos por un elemento central de conexión y tres patios rodeados por una elevada tapia conforman este espacio doméstico introspectivo, que en su planta inferior evita toda interacción con las viviendas colindantes, pero que hace penetrar la vista del paisaje natural de la zona a través de dos aperturas en el nivel superior. La aplicación de los materiales -ladrillos revestidos con monocapa blanca y suelos de gres de acabado rugoso- genera una única entidad espacial entre interior y exterior: énfasis en la individualidad, expresado a través de la búsqueda de la máxima depuración formal y espacial.

Marca de límite. Su apariencia inacabada le permite a la casa para un artista diseñada por Magüi González instalarse sin señalar su diferencia en un contexto arquitectónico caracterizado por la autoconstrucción y las chabolas. Planteada como una marca de límite entre la autopista y la inmediata orilla del mar, la vivienda canaliza, a través de la estructura de exterior y del espacio interior, la transición entre el territorio urbano y el paisaje natural. Con una fachada cerrada de cemento, la casa se aísla de la autopista y se va abriendo a través de un espacio intermedio que sirve como mirador y lugar de reunión o trabajo, encarándose finalmente al mar mediante una gran fachada acristalada. Distinguido por la escasa presencia de elementos de mobiliario, el interior de la casa -concebido como un único espacio en dos plantas con un sótano habitable- es un territorio absolutamente diáfano donde se hace patente la posibilidad de hallar el confort doméstico a través de la esencialización al máximo del acto de habitar.

Estos jóvenes arquitectos, nacidos en un mundo donde cada vez se entiende más la arquitectura, especialmente la construcción de viviendas, como un hecho especulativo de demostración de poder económico y prestigio social, han podido abstraerse de estas circunstancias para crear unas casas que son fruto de sus vivencias personales y de lo aprendido. Trabajando en diálogo directo con sus clientes, los futuros habitantes, generan lugares donde se produce un encuentro entre los deseos y las necesidades mutuas para crear territorios particulares, retratos interiores. La vivienda como espacio propio en la que el concepto de lujo es brindado por la calidad de su espacio y la experiencia de su vivencia diaria, construyendo y cobijando nuestra realidad íntima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario